La instancia permitió dar curso a dos líneas de acción que caracterizan a las OPD: protección de derechos y gestión comunitaria, y de este modo promover el juego desde temprana edad y elevar su valoración como una instancia formativa y de integración social.
Durante la actividad, un grupo de adolescentes que participan de programas de atención ambulatoria de la OPD se convirtieron en las principales atracciones de entretención al ocupar corpóreos de personajes animados como Barney y Garfield. Este ejercicio no solo incide en el proceso interventivo de cada adolescente -al potenciar su confianza, liderazgo y compañerismo- sino que facilita el reconocimiento como miembros y actores de su propia comunidad.